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Diario de un Pesimista

No puedo olvidarlo

No puedo olvidarlo

Yo me olvido de mi dolor, lo dejo en sueños, lo voy perdiendo con la luz del día. Con la gente, con un libro, pensando y a veces hasta riendo.
Pero ahí estás tú, y como cada día, cada día, renuevas mi dolor.

Soledad

Soledad

Siento jirones de ser, sensación de estar aún pendiente, inacabado, perdido en la inmensidad que es esta laguna que es mi vida.
Siento como esas partes que me faltan me dicen que no van a volver. No sé donde están, sí con quién, sí que no van a volver.

Vuelvo a estar sólo.

Sonrisa

Sonrisa

Estoy cansado de encontrarle un motivo a todo. La razón es el nexo de únión para tanta amargura. Me consuelo pensando que esa pueda ser la última vez, que después no habrá nada, no estoy pidiendo ser feliz, renuncié a creer en ello, sólo quiero la nada, el vacio más absoluto.

Que maravilloso podría ser el paraiso compuesto por la dicha del vacio. Mis ilusiones no podrían ser pisadas por nadie porque no albergaria ninguna. No tendría que ocultarme bajo la sonrisa que desean los demás. Sólo yo, mi pesar y todo mi dolor olvidado, latente, pero sin espinas. Un dolor que ya no puede matar.

Pero cuando abro los ojos cada mañana no ha cambiado nada. El mundo que tanto odio sigue ahí, así como el papel que me ha sido asignado.

Dices que no me entiendes

Dices que no me entiendes

Desearía poder gritar. No sabes cómo. Dejar caer todo mi cuerpo al suelo y gritar amargamente hasta quedarme sin voz ni lágrimas.
Pero te da igual. Todo te es lo mismo. Y mientras tus puñales; tu sonrisa oculta dolor y te ocultas tras tu cara de inocencia para expiar la culpa. El peor dolor de todos, tus indiferentes ojos, viendo como me destruyes, viendo como cada vez que estás conmigo humillas mi persona. Tú, que rompes mis barreras para llegar a lo más profundo, sólo lo haces para hacerme un daño que ya no puede hallar cura si no es la muerte.
Y mientras yo. Un estúpido 2 de picas en la baraja, uno que ocultas para cuando tu mundo se desplace poder ganar la partida. Eso es lo que soy. Me guardas en tu mano, no expectante, tú interés por mi desapareció cuando llegaron otras cartas.
Dices que no me entiendes. Ya no puedo creer en ello.

Lágrimas

Lágrimas

Cada día me encuentro más sólo. No son tu palabras, estás ya no me llegan. Tratas de insuflarme una vida que no deseo, una que me obligas a tener en muerte y que me abandona cuando no miras.
Los momentos felices desaparecieron. Mezclé mis recuerdos con ellos y como todo en lo que tú estás sufro. Preguntas por quién me hace daño. Tú eres dolor.
Pero no hay lágrimas porque mientras tus manos secan mis ojos, con tu cuerpo me tormentas.

Tiempo

Tiempo

Los días pasan como lluvia sobre el cristal
Mientras las horas se pierden en el torrente del tiempo.
Quedan en sus orillas, los segundos.
Son arena.

Mis pasos sobre aristas de sus aguas.
Bajo mis pies pegados balasto y grava.
Son recuerdos
Son mi vida.

Es hora de bañarme en las aguas.

Gris

Echo de menos ser capaz de escribir con todo el tiempo del que desearía. Debo dedicarle más tiempo al gris.

He cerrado las ventanas,
afuera el color del otoño.
Sus vientos de ocres colores,
no quieren morir en mis muros.

Ya no estás

Ya no estás

Imagino tus días desde ahora, he visto tu cara languida. Estabas sentado, sin ganas de vivir.
Cuando vuelvo a casa miro todo lo que eras, desde las ramas volverse al viento hasta una pequeña madeja de hilo en el suelo.
Te echo de menos.

Llueve

Llueve

Llueven lágrimas. El día es gris, invita a que me quede en casa metido debajo de las mantas. Hay tanto que hacer, y la verdad, todo tiene tan poco sentido.
¿Yo o todo lo demás?, dedicarme tiempo ahora supone perderlo en aras del que no doy. Dárselo a lo demás supone no volver a recuperarlo. Debería irme lejos.

No tendría sentido, todos los cielos de los sitios a los que quiero huir están cargados de más lluvia.

Nieva

Nieva

El tiempo es sobrio.
¿Quién se ha llevado el sol y las nubes?
Sólo queda nieve y viento.
Las copas de los arboles me son invisibles,
están copadas de ceniza blanca, de hielo.
Y ya no queda nada del suave mecer de sus ramas,
hasta sus troncos se parten, todo bajo el fuerte viento.

Corred, escondeos de la noche,
no quedan ya estrellas que guiaros.
No dejeís que el frio os atrape
y os quedeís para siempre en el camino.

Fuera sigue nevando.
Ceniza blanca sobre el campo.

Una mesa

Una mesa

Las palabras son dolor. Están ahí, latentes esperando, las mismas palabras que usamos para describir una mesa pueden matar nuestras ganas de seguir adelante. Hoy he oido lanzas salir de tus labios y clavarse en mi cuerpo. Pero yo no soy una mesa

Breve

La daga ya estaba clavada en mi. Tú sólo agravaste la herida

Solo

Solo

Me siento engañado, llenaste una parte de mi vida, pero ahora he de vivir si ella. Si perdiese ahora la vista no me dolería más que lo que me ahora me aflige estar solo.
Sólo es mejor que estar contigo.

Insignificante

Insignificante

He buscado tantas veces tu rostro detrás de cada palabra que me he quedado sin ellas.
No puedo pedirte que me las devuelvas, no tendría como hacerlo.
Aún así el mundo gira, se suceden las noches, los días. Me siento pequeño, insignificante, mataste todo que había en mi.

Nubes

Nubes

Una vez dije que me pidieras el cielo... lo hiciste, yo lo llené de nubes para ti.
Pero ya no hay azules, ya no queda nada de ese mundo que sólo yo recuerdo. Esas mismas nubes que allende tuvimos se han caído, han devorado toda la luz que me queda. No son noche, no me arropan ni me susurran versos... es una densa niebla que me impide ver y que me arrancan las palabras y la vida, que oscurece mis ojos y que se bebe mis lágrimas.
Pero hoy no ha sido así.

Menos que nada

Menos que nada

¿Que sé le puede arrebatar a alguien a quien no le queda nada?. Una sola llamada ha embargado mi alma y ha dejado mi corazón seco... esta noche he podido dormir porque el descanso es lo último que me queda, no así mis sueños, te los has llevado todos.

La espada de Damocles

La espada de Damocles

No sé si el dolor que puede llegar a sentir una persona pueda matarla. Siempre, en caso de sufrimiento extremo se nos viene a la cabeza la escena del individuo o mujer que, llevándose la mano al pecho como último aferro a la vida, cae al suelo fulminado como si el mismo dolor o desengaño ajusticiase su vida partiéndole el corazón.
La verdad es que no puedo evitar el envidiar ese fin, esa última puñalada en vida que silencia a todas las demás. Llegado a ese momento pensar, en los últimos destellos de nuestra conciencia "Todo está bien, ya nada más podrá hacerme daño" Como desearía que ese momento se eternizase, estar más allá de todo, ese genuina calma, tan perfecta que es fugaz, pero por fugaz hasta hacernos pedazos.

Mejor

La verdad es que, aunque estos días no ha ocurrido nada destacable, al menos consiguen tenerme entretenido. Tengo proyectos a largo plazo, y aunque en general soy bastante pesimista respecto a todo, por alguna extraña razón creo que pueden llegar a salir bien... quizás una de las razones sean que dependen de mi, y sólo ante mi deberé de dar las explicaciones en caso de que todo salga mal. Quien sabe.

Vida

La vida es caos, la vida devora y se queda con todo. La vida es una explosión egoista que nos deja sin nada. La vida sólo nos da para quitarnos. Todas los momentos prestados se los lleva incrementados por nuestra experiencia única de ese instante, cada uno de ellos vuelve a su seno con su valor nuevo que le dimos al pensar que era nuestra.

Pared

Pared

La verdad es que cada vez lo tengo más complicado para seguir escribiendo en el blog... desde hace unos días estoy esperando a que me vuelvan a poner la ADSL, así que me tocará hacerlo desde donde pueda conseguir un ordenador.
Los últimos días han sido más que extresantes, sin un momento para parar y yendo de un sitio para otro. Lo que cualquiera llamaría de locos, ... y tanto que lo es. Por una extraña razón, yo siempre trabajo mucho mejor bajo presión, pero a estas alturas desearía poder caer enfermo en cama con gripe por la única razón de saber que es una excusa magnifica para dar al traste con todo, y poder descansar sin ningun tipo de remordimiento.
En cuanto a lo demás, parece que la vida en si me sigue esquivando. Veo como los demás son felices gracias a mi o a mi costa (que no es lo mismo), y yo mientras enfrentandome con mis problemas o poniendoles solución, no consigo más que ser desgraciado. No sé por que me esfuerzo si el resultado siempre es el mismo. Lo ironico de todo esto, es que cuanto más he metido a los demás o más he procurado interpretar un papel muy diferente a como me siento, más sencillas han sido las cosas. Una segunda piel de la que desprenderme, y con ella todo tipo de aprecio, lastima o consideración... si, la verdad es que era más sencillo. Resulta tan absurdo a veces descubrirte a los demás sabiendo el daño que pueden hacerte... a mi la verdad... me lo has hecho.